El municipio sufre las consecuencias del temporal que se inició en la jornada de ayer y afectó a todos sus pueblos
Se vivieron momentos de máxima tensión
Alfoz de Lloredo se recupera de las secuelas del temporal que comenzó ayer y ha afectado a todos sus pueblos en mayor o menor medida. Las escenas más llamativas se vieron en La Busta y Toñanes, ante la gran impotencia de los vecinos y de los responsables municipales, con la alcaldesa en funciones, Nieves Díaz, a la cabeza. Los trabajos de limpieza realizados en verano, que se acometieron por parte del Ayuntamiento en las zonas urbanas, no pudieron impedir los desbordamientos como consecuencia de la incesante lluvia.
Como ha explicado Díaz, en el caso de La Busta, se formó una especie de piscina, hasta el punto de que “si bien el pueblo tiene dos entradas, a derecha y a izquierda, no se podía acceder porque quedaron ambas taponadas.
Los momentos más tensos se vivieron sobre las cuatro de la tarde; mientras a las cinco y media aproximadamente frenó un poco el agua y fue bajando. “Yo pensaba que íbamos a tener que ir metiendo a la gente con el coche de Protección Civil”, recuerda la alcaldesa en funciones.
Por su parte, en Toñanes, la casa rural La Estela Cántabra fue el punto donde se concentraron la mayoría de los esfuerzos, pues hubo que estar sacando agua hasta las cuatro de la mañana. “Mandaron un coche de Protección Civil con una bomba y también estaba el dueño con tractor, así como otros vecinos también con sus tractores”, afirma Díaz. El principal riesgo en este caso es que en los bajos del edificio se encentran los aparatos relacionados con la calefacción del local.
Oreña estuvo menos afectada aunque se inundó la carretera a la altura del barrio de Caborredondo, y en Viallán, también se formó un charco de agua en medio del pueblo, pero no entró prácticamente en ninguna casa. “Pasa un riachuelo y cada vez que ocurren sucesos de este tipo se les suele inundar esa zona”, afirma la edil.
En Cigüenza entró el agua en una casa y se inundó incluso la iglesia.
En Novales, la escena también fue sobrecogedora pues incluso se podía ver patos nadando flotando en la carretera porque les llevaba la corriente. En esta localidad, los obreros municipales se encargaron de colocar sacos de arena para controlar la entrada del agua en las casas, al igual que en Oreña.
Además, los trabajadores tuvieron que estar en la jornada de ayer reparando argayos. “Tuvieron el día entero ocupado”, comenta Díaz, que explica que hoy han estado recorriendo el municipio con el coche pero.
El alcalde del municipio, Enrique Bretones, actualmente de baja, ha ensalzado la labor realizada por los trabajadores y los responsables municipales, lamentando no haber podido contribuir en primera línea, dada su situación médica. “El municipio ha sufrido mucho en estas últimas horas y toda ayuda era poca”, lamenta.
El alcalde también ha recordado que durante el último verano, el Ayuntamiento procedió a la limpieza de todos los ríos en las zonas urbanas, “pero esto no ha servido y tras recibir la autorización de Confederación, se estaba esperando a que el río bajara”.